Somos contenedores o esponjas y todo lo que nos rodea de cierta manera nos afecta o favorece. Resulta que los últimos días, México pasó por algo muy rudo. Todos estuvimos rodeados de muchas emociones. Algunos ayudamos, donamos, hicimos, deshicimos, pero este intercambio energético, definitivamente nos transformó.
Guardarnos todo esto solo provocará problemas más adelantes. Nuestra vida se va volviendo un edificio, una torre, esto que sentimos son los cimientos, y si no estamos seguros de cómo están, sea lo que sea que construyamos, todo va a colapsarse.